Un jurado popular ha declarado culpable a José Lomas, anciano de 80 años, de homicidio con dolo eventual por disparar y matar al ladrón que irrumpió en su casa de campo ubicada en el Parque Forestal de La Atalaya. Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 1 de agosto de 2021 cuando Lomas se despertó por ruidos sospechosos en su propiedad. Armado con una escopeta, se enfrentó al intruso que había robado herramientas incluyendo una motosierra de su cuarto de aperos. Al identificar el robo, Lomas disparó dos veces al ladrón, una al tórax y otra por la espalda, acabando con su vida.
La defensa del librero giró en torno a su estado mental y a la percepción de amenaza inminente, pero el jurado ha interpretado los hechos dentro del marco de un «dolo eventual», donde Lomas podría haber previsto el resultado mortal de sus acciones. Este detalle técnico ha sido crucial para la decisión final junto a las preguntas del Fiscal sobre si quería proteger su casa o su vida. La Fiscalía inicialmente pidió doce años de prisión para Lomas, pero finalmente redujo la solicitud a seis años, teniendo en cuenta los factores atenuantes.
El veredicto se alcanzó después de más de un día de deliberaciones en la Audiencia Provincial y con una votación de siete a dos. El jurado aceptó la presencia de una anomalía psíquica en Lomas, considerándolo un eximente, y también valoró positivamente su confesión inmediata a las autoridades. A pesar de estas circunstancias, la acción de Lomas fue calificada como homicidio y no como un acto de legítima defensa pura.
Nada que ver con la Audiencia Provincial de Baleares que emitió una sentencia absolutoria para Pau Rigo, el hombre de 83 años de Porreres, en Mallorca, que disparó mortalmente a un ladrón durante un asalto a su casa en 2018.
Este caso ha generado un amplio debate sobre la seguridad personal, el uso de la fuerza y la protección de la propiedad frente a intrusos. El suceso y su desenlace legal subrayan la complejidad de casos donde la autodefensa se entrelaza con resultados fatales. Mientras que algunos miembros de la comunidad pueden simpatizar con el anciano por actuar en defensa de su hogar y propiedad, la ley ha puesto un límite claro al uso de la fuerza letal bajo circunstancias específicas.
Me pregunto qué haríamos cada uno de nosotros en ese momento. Si dejarte matar o matar al agresor en caso de ataque. Si huir, si puedes, o enfrentarte. Si esconderte o no. Saber si has disparado una o tres veces o si mejor coger un cuchillo para igualarte al agresor…
La defensa del librero giró en torno a su estado mental y a la percepción de amenaza inminente, pero el jurado ha interpretado los hechos dentro del marco de un «dolo eventual», donde Lomas podría haber previsto el resultado mortal de sus acciones. Este detalle técnico ha sido crucial para la decisión final junto a las preguntas del Fiscal sobre si quería proteger su casa o su vida. La Fiscalía inicialmente pidió doce años de prisión para Lomas, pero finalmente redujo la solicitud a seis años, teniendo en cuenta los factores atenuantes.
El veredicto se alcanzó después de más de un día de deliberaciones en la Audiencia Provincial y con una votación de siete a dos. El jurado aceptó la presencia de una anomalía psíquica en Lomas, considerándolo un eximente, y también valoró positivamente su confesión inmediata a las autoridades. A pesar de estas circunstancias, la acción de Lomas fue calificada como homicidio y no como un acto de legítima defensa pura.
Nada que ver con la Audiencia Provincial de Baleares que emitió una sentencia absolutoria para Pau Rigo, el hombre de 83 años de Porreres, en Mallorca, que disparó mortalmente a un ladrón durante un asalto a su casa en 2018.
Este caso ha generado un amplio debate sobre la seguridad personal, el uso de la fuerza y la protección de la propiedad frente a intrusos. El suceso y su desenlace legal subrayan la complejidad de casos donde la autodefensa se entrelaza con resultados fatales. Mientras que algunos miembros de la comunidad pueden simpatizar con el anciano por actuar en defensa de su hogar y propiedad, la ley ha puesto un límite claro al uso de la fuerza letal bajo circunstancias específicas.
Me pregunto qué haríamos cada uno de nosotros en ese momento. Si dejarte matar o matar al agresor en caso de ataque. Si huir, si puedes, o enfrentarte. Si esconderte o no. Saber si has disparado una o tres veces o si mejor coger un cuchillo para igualarte al agresor…